LA OFENSA NO MATA

¿En este mundo hay libertad? ¿O no? No estoy muy seguro.

Dicen que la historia siempre la escriben los vencedores, y por tanto si en un país gana la guerra la derecha, pues la derecha es la que hace las leyes, permite la publicación de libros y películas, y la que cuenta, a través de esos libros y películas, que los buenos y nobles eran ellos cuando se desarrollaba la guerra. Si gana la guerra la izquierda, pues la historia es completamente la contraria.
Y digo guerra en el sentido más amplio, no solo refiriéndome a la guerra física. Puede ser una guerra fría, una polémica montada en el parlamento continental, o en el parlamento del país, o en el salón de conferencias del ayuntamiento. Pero también puede ser una guerra dialéctica en la calle, en un bar, y (a lo que voy), también en una red social.
¡Qué  bonito está  que haya libertad para fabricar armas y venderlas, incluso a otros paises! ¿No quedamos ayer en que los ejércitos de los paises son para defender, no para atacar? ¿ah, no? ¿Entonces por qué le llaman El Ministerio de Defensa y no El Ministerio de Ataque?
¿Acaso prohibe un pais que vende armas a otro que éste último las use para atacar a un tercero? ¿Quién es inicialmente el culpable de que una bomba mate a un millar de personas en la Tierra Media sino su fabricante y vendedor? Pero no, no se puede coartar la libertad de la industria y del comercio, la libertad para fabricar armas, usarlas y vender las que quedan ciertamente obsoletas para el ejército de un país. Ya lo decía Julio Verne en "De la Tierra a la Luna": Si los ejércitos se aburren porque no hay guerras para tirarle piedras al vecino inventarán un medio de probar sus cohetes, cada vez más gordos y peligrosos, para lanzarlos a la estratosfera and beyond. Y mejor si los prueban otros paises entre sí.
No hay límite para la estupidez humana. EL SER HUMANO ES COMPLETAMENTE LIBRE PARA SER ESTÚPIDO.
Y claro, ahora que vivimos en sana paz pacíficamente pacífica, la guerra se ha trasladado a las redes sociales.
Un tipo fabrica un chisme sobre alguien, lo escribe y lo publica. Otro tipo lo recibe, lo lee y lo retuitea. Se podría decir que lo compra gratis y lo vende gratis. Y la gente lo multiplica y lo redistribuye gratis. Y cuando finalmente llega a ese alguien, ese alguien se enfada, lo denuncia a las autoridades, y allá va la policía a detener al tipo para que un juez lo juzgue y el tipo pague las consecuencias de fabricar y comenzar la distribución del chisme.
¡Que curioso que no pase lo mismo cuando el chisme es una bomba!
Claro, hay marcadas diferencias:
el chisme es gratis, la bomba cuesta un güevo
el chisme no es productivo, la bomba mueve intereses económicos, productivos y comerciales
el chisme tiene gran alcance (mundial, bueno 43%, porque el otro 57 no tiene internet), la bomba de fusión de hidrógeno 1000 km a la redonda
pero sobre todo lo más gracioso: el chisme enfada, la bomba mata.
No se hace nada para evitar que un país venda armas a otro. Bueno, se hace algo, pero muy poco. Desde luego nada para que se pueda identificar al fabricante y distribuidor de cada bomba que estalle, y nada para exigirle que pague los daños causados por el estallido.
Sin embargo hay quien pretende legislar para controlar la neutralidad de la red, para que sea inmediata la identificación del fabricante del chisme y de sus redistribuidores recién acabado de producirse el enfado.
¿Parecería que, en el siglo veintiúno, legalmente el daño psicológico es más punible que el físico?
¿O es que la ofensa mata?
¿O es que en este mundo hay libertad para unas cosas y para otras no?
Va a ser eso, porque LA LIBERTAD DE BOMBAS PARECE MÁS GRANDE QUE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN.






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